La crisis de los polinizadores y las abejas
La crisis de los polinizadores es un reto global que afecta a muchas especies de polinizadores, incluidas las abejas. Las abejas son esenciales para la polinización de muchas plantas y la disminución puede tener graves consecuencias para la biodiversidad y la producción de alimentos.
La polinización es el proceso mediante el cual el polen es trasladado de un sitio a otro dentro de una planta o entre plantas de la misma especie. El polen es necesario para la reproducción de las plantas y para la producción de frutos y semillas.
Las abejas son especialmente importantes como polinizadores de cultivos porque se desplazan de flor en flor y recogen polen y néctar, lo que les permite polinizar un gran número de plantas. El 70% de los principales cultivos en el mundo y el 90% de las especies de plantas silvestres dependen de la polinización por insectos. Algunos de los cultivos que dependen en gran medida de la polinización incluyen la manzana, el melón, la almendra, la nuez, el algodón y muchos otros.
Existen diversas causas de la crisis de los polinizadores, incluyendo la pérdida de hábitats, el cambio climático, la contaminación, la expansión de monocultivos, la aplicación excesiva de biocidas, los depredadores y enfermedades, y las malas prácticas en la apicultura industrial. Estos afectan negativamente a las abejas y otros polinizadores, reduciendo su población, su esperanza de vida a la mitad y su capacidad para polinizar las plantas.
¿Qué podemos hacer las personas? Favorecer la conservación de hábitats y promover prácticas agrícolas sostenibles y regenerativas con nuestros hábitos de consumo, tales como la alimentación o la energía; reducir el uso del uso de plásticos e insecticidas; plantar especies melíferas y autóctonas en nuestros parques, jardines, huertos y balcones; poner hoteles de insectos; tener agua disponible para los insectos y pequeños animales; y apoyar proyectos que favorecen la forestación rural.