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La bola invernal y cómo se termoregulan las abejas en invierno

La bola invernal de las abejas se forma a principios de otoño o cuando llegan las bajas temperaturas y se sitúa ocupando la zona de celdas vacías que ha alojado a la cría. La bola hibernal es una especie de "nido" donde las abejas se agrupan para mantenerse calientes y protegerse del frío. Durante la época de invierno, las abejas se mantienen inactivas y consumen el alimento que han almacenado para sobrevivir. La temperatura en el interior de la bola invernal se mantiene a unos 35 ° C para asegurar la supervivencia de las abejas durante el invierno. Para mantener esa temperatura las abejas activan sus músculos dorsales para generar calor mediante la vibración y esto requiere mucha energía. La miel que han almacenado en primavera y otoño es su recurso de hidratos de carbono para generar este calor. La uva o bola invernal de las abejas de la miel tiene un tamaño que depende de la subespecie de Apis melifera, del clima, del tipo de caja y de la reserva de alimento. Las provisiones de miel están en la parte superior. En invierno la bola se mueve hacia arriba y hacia el fondo, buscando la miel operculada. Para poder ingerir esta miel necesitan agua que recogen la condensación que se genera dentro de la colmena. Un exceso de condensación puede generar hongos y enfermedades en las abejas. La bola de abejas presenta dos zonas, una periférica de abejas apiñadas entre sí, y otra central, donde se encuentra la reina. Ésta última ofrece espacio y les permite el movimiento. Las abejas de la zona periférica y central se van intercambiando generando un flujo de abejas de dentro hacia fuera y viceversa, para garantizar la supervivencia de todos los individuos, ya que si la abeja se arrofra demasiado no podría mover ya que son seres de "sangre fría" y necesitan calor para mover el cuerpo. Cuando la temperatura ambiente externa disminuye, la uva se contrae, aumentando la temperatura del núcleo desde donde se transmite rápidamente el calor en la periferia. Un mayor contacto entre las abejas debido a la contracción, consiguiendo el suficiente calor para que la temperatura exterior sea al menos de 7°C. La contracción y expansión de la bola es el principal mecanismo de termoregulación que funcionará mientras mantenga un contacto firme con las reservas de alimentos.

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